¿Cómo afecta la cocaína al día a día?
La cocaína es un potente estimulante del sistema nervioso central, extraído de la planta de coca Erythroxylon coca. Su popularidad como droga recreativa se debe al potente e inmediato efecto de euforia que es capaz de producir y que puede tardar incluso una hora en desaparecer, según la forma de administración.
El contrabando de estupefacientes ha simplificado el acceso a este tipo de sustancias. La mayoría de las personas que prueban cocaína por primera vez, lo hacen con la intención de experimentar el conjunto de sensaciones intensas que ofrece, sin detenerse a considerar el potencial adictivo y los graves riesgos de salud asociados a esta droga.
La adicción a la cocaína puede tener serias repercusiones sobre la salud física y mental, generando, entre otros, problemas de ansiedad, depresión y paranoia. Debido a esta situación, es importante que el consumidor sea tratado bajo el enfoque terapéutico adecuado en un centro de adicciones como el Instituto Europeo Alfi, ubicado en la ciudad de Madrid.
Potente acción adictiva en el cerebro
Décadas de investigación han permitido entender por completo el mecanismo de acción de esta droga. Se trata de una sustancia psicoactiva que funciona bloqueando la recaptación de neurotransmisores, especialmente de dopamina, en el cerebro. De este modo interfiere con la comunicación entre células nerviosas y el sistema de recompensa.
En otras palabras, la droga actúa sobre circuitos cerebrales que son responsables del placer y la gratificación. Al inhibir la recaptación de dopamina, esta se acumula en el espacio sináptico, dando como resultado una sensación intensa de placer y euforia, que son los efectos inmediatos que persiguen los consumidores de cocaína.
¿Cuáles son los peligros de la cocaína?
Detrás de la aparente sensación de bienestar, placer y euforia, se esconde una serie de consecuencias negativas a corto y largo plazo, las cuales tienen la capacidad de afectar significativamente a la salud y a la calidad de vida de quienes la consumen.
Con la repetida exposición a la cocaína se consigue alterar la estructura y función del sistema de recompensa. Esto genera un incremento en la tolerancia y la disminución de la capacidad natural del cerebro para experimentar placer sin la presencia de una sustancia artificial.
Esto conduce a la necesidad de consumir dosis superiores con la intención de obtener el mismo nivel de euforia, acción que intensifica el ciclo de la adicción. Por este mismo motivo, cuando se abandona el consumo de esta sustancia de forma abrupta, surge lo que se conoce como el síndrome de abstinencia.
Más allá del “high” o euforia ocasionado por la cocaína, existen efectos negativos y muy graves complicaciones físicas que reducen notablemente el bienestar de quienes la consumen.
Efectos de la cocaína a corto plazo
Tras su consumo se produce una sensación de euforia y mayor energía, así como una falsa sensación de agudeza mental. Sin embargo, existen otros efectos inmediatos y poco considerados, relacionados con el potente poder vasoconstrictor de la cocaína, entre ellos:
Incremento en la presión arterial
Provoca un aumento significativo en la presión arterial de manera casi inmediata. Esto ocurre como consecuencia del bloqueo en la recaptación de noradrenalina, un tipo de neurotransmisor encargado de regular la presión arterial. Debido a esto, se eleva el riesgo de ataques cardíacos y problemas en el sistema circulatorio.
Contracción de los vasos sanguíneos
También provoca vasoconstricción, factor que puede afectar diversos órganos y sistemas del cuerpo. Por supuesto, el incremento en la presión arterial sumado a la vasoconstricción, reducen el flujo sanguíneo y pueden generar problemas cardíacos muy serios.
Irritabilidad, ansiedad y paranoia
Al alterar el equilibrio de neurotransmisores en el cerebro, conlleva cambios significativos en el estado de ánimo y la percepción. Quienes consumen cocaína suelen experimentar irritabilidad, ansiedad y paranoia como efectos inmediatos, los cuales pueden intensificarse si se sostiene el consumo de la droga, conduciendo al desarrollo de trastornos psiquiátricos.
Ataques cerebrovasculares y convulsiones
La vasoconstricción inducida por la cocaína predispone a la formación de coágulos o bloqueos arteriales, aumentando el riesgo de que se produzcan accidentes cerebrovasculares (ACV) y convulsiones, dos emergencias médicas que pueden poner en peligro la vida de quien consume esta sustancia.
Efectos de la cocaína a largo plazo
Más allá de las alteraciones cardiovasculares y sus posibles consecuencias (arritmias, infartos agudos de miocardio, ictus, ACV, etc.), la cocaína también posee alta toxicidad orgánica y esta se manifiesta en las siguientes patologías:
Desarrollo de enfermedades respiratorias
El consumo prolongado de cocaína por vía inhalatoria puede tener efectos perjudiciales en el sistema respiratorio. Da lugar a problemas respiratorios crónicos, como bronquitis crónica y deterioro de la función pulmonar, incluso la destrucción del tabique nasal.
Enfermedad hepática
La cocaína es una toxina hepática específica, capaz de producir una lesión hepática. Junto al potencial de hepatotoxicidad, también hay evidencia de una interacción potencialmente peligrosa entre la cocaína y el alcohol.
Enfermedades neurológicas
Su impacto sobre el sistema nervioso central es duradero, contribuyendo de forma directa al desarrollo de enfermedades neurológicas, incluyendo cefalea, ictus isquémico, hemorragia cerebral, ACV, diversos problemas cognitivos, pérdida de memoria y dificultades de concentración.
Mayor riesgo de recaída
Por si fuera poco, se trata de una adicción particularmente difícil de superar. Quienes han abusado de esta droga por mucho tiempo, mantienen mayor riesgo de recaída a largo plazo. La pérdida de plasticidad cerebral inducida por la cocaína, ocasiona que el cerebro se vuelva más propenso a la dependencia, contribuyendo a la persistencia de la adicción.
Tratamiento para la adicción a la cocaína
Una vez detectados los signos y síntomas propios de la adicción a la cocaína, el adicto debe atravesar un proceso integral de desintoxicación mediante un sistema completo y personalizado creado a la medida de las necesidades del paciente.
En ese sentido, el Instituto Europeo Alf, centro de rehabilitación y tratamiento para las adicciones en la ciudad de Madrid, ofrece asistencia médica y terapéutica las 24 horas. Aquí el adicto a la cocaína y sus familiares podrán contar con la asistencia de un equipo profesional especializado que trabaja en todos los aspectos de la recuperación.